REVOLUCIÓN

REVOLUCIÓN
"Consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos..."

martes, 25 de diciembre de 2012

LA PERSPECTIVA MARXISTA APLICADA A LA ANTIGUEDAD: PROBLEMAS.

Hablar hoy de historia antigua y de marxismo resulta un poco extraño, ya que como sabemos el marxismo es una teoría que nace con el capitalismo y su posición está sustentada particularmente en una época con características muy distintas a las del mundo antiguo. Pero como veremos en este ensayo la teoría marxista puede adecuar sus métodos a cualquier hecho en cualquier tiempo teniendo en cuenta aspectos teóricos comunes a cualquier civilización o pueblo, aunque no por ello, y aquí está el núcleo del trabajo, estará exento de esenciales problemas que dificulten una visión clara del hecho histórico. Carlos Marx no fue un especialista en Historia, en el sentido en que el termino especialista comporta hoy para nosotros, pero su talento y tenacidad le permitieron profundizar y relacionar entre sí saberes muy diversos de manera que en casi todos sus trabajos la economía, la historia, la filosofía, etc., se encuentran fundidos en conclusiones únicas, y viceversa . En pocas palabras a él le debemos las líneas maestras del “Materialismo histórico”, es decir, el descubrimiento científico de la historia. Todos sabemos que se interesó más por el periodo capitalista que por la antigüedad, de manera que exceptuando su trabajo de tesis doctoral sobre la filosofía de Demócrito y Epicuro, escrito en 1841 , todos sus estudios sobre la época precapitalista, guardan estrecha relación con las condiciones históricas de desarrollo del capitalismo moderno, y, desde luego, Marx no entró en la polémica ancestral sobre las causas de la crisis y decadencia del Imperio Romano. Pero sabemos, de eso se trata esta monografía, que sus conceptos y métodos pueden aplicarse a este hecho como a cualquier otro (El mundo Hitita por ejemplo) si bien ello requiere de un análisis no mimético de las condiciones históricas específicas de la época, de su estructura social, del carácter y alcance de la lucha de clases. Marx no hizo ningún análisis de la antigüedad y ello causó grandes disturbios a algunos historiadores marxistas posteriores que consideraban su obra como la panacea que solucione todos sus interrogantes. Engels, sin embargo, su amigo y colaborador durante cuarenta años, se interesó un poco más por la historia antigua, y esto se puede observar principalmente en “El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado” , obra escrita en 1884, donde relaciona los descubrimientos de Morgan con las conclusiones históricas de Marx. A pesar de los adelantos de la Historia, su lectura es todavía muy aconsejable y en algunos aspectos clarificadora. Sería provechoso y aclarativo comenzar este trabajo recordando algunos aspectos claves del marxismo aplicado a los procesos históricos como una manera de refrescar nuestra memoria en tan interesante teoría para después entrar a analizar cuáles son los problemas que surgen a la hora adecuarla a los pueblos de la antigüedad. CLAVES DEL MATERIALISMO HISTÓRICO Hasta mediados del siglo XIX, no existía ninguna descripción ni explicación científica de cómo habían sido las distintas sociedades que se habían dado en el pasado de la humanidad, ni de cómo se habían ido dando los cambios como por ejemplo el paso de una sociedad a otra, como funcionaban la sociedades en las épocas de antes de el capitalismo, ni de cómo se había ido produciendo el progreso de la humanidad. Las interpretaciones principales giraban alrededor de que todo era obra y voluntad de un dios, o producto de alguna raza o nacionalidad privilegiada, o por la acción genial de los grandes hombres, o con la evolución de las ideas. Carlos Marx a partir de la década del 40, del siglo XIX, junto con Federico Engels, dan la primera interpretación materialista y científica de la historia de la humanidad y de las distintas sociedades que en ella se sucedieron. Engels, años después, explicaba en su libro “Del socialismo utópico al socialismo científico” , que el socialismo se convirtió en una ciencia a partir de los dos más grandes descubrimientos de Marx: “La concepción materialista de la historia” y el “mecanismo de funcionamiento de la sociedad capitalista”. La primera afirmación de Marx es que el aspecto fundamental de toda sociedad pasa por la relación que establecen los hombres con la naturaleza para producir, cómo es su trabajo productivo (si cazan y pescan, o cultivan la tierra, o instalan gigantescas fábricas). Cada especie animal, -salvo el hombre- utiliza siempre los mismos medios para vivir, tiene siempre la misma relación con el medio ambiente (o a lo sumo tiene un campo de adaptación muy limitado). La especie humana, por el contrario, trabaja sobre la naturaleza, arrancándole materias primas y fuentes de energía, desarrollando mejores herramientas y técnicas para producir más y más riquezas. A esta relación entre los hombres y la naturaleza para producir la denominamos infraestructura, o fuerzas productivas (más adelante veremos cómo esta idea en la antigüedad fue bloqueada por el determinismo teocrático). El desarrollo de las fuerzas productivas, sinónimo de avance en el desarrollo de la sociedad, se basa en cambios, fundamentalmente de las herramientas y las técnicas. Pero de todos modos, para el marxismo, la más importante fuerza productiva es el propio hombre, ya que es quien crea y mueve las herramientas, desarrolla la técnica y trabaja las materias primas. El desarrollo de las fuerzas productivas es el principal motor del avance histórico. Podemos tomar el ejemplo del paso del artesano a la manufactura, en el siglo XVIII. Los capitalistas manufactureros hicieron un cambio en la técnica: con las mismas materias primas y herramientas qua usaban los artesanos individualmente, agruparon trabajadores en grandes talleres, donde cada grupo hacia una parte de la producción total que hasta entonces hacia cada artesano. Con ese cambio lograron un gran aumento de la producción y abrieron el camino al surgimiento de la máquina - herramienta y la gran industria, entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Luego, por ejemplo ya en este siglo, la industria textil pegó un salto colosal cambiando una materia prima, cuando se empezaron a usar las fibras sintéticas (el nylon y demás); al ser más fuerte que la fibra animal o vegetal, permitía que la misma máquina trabajara a muchísimo mayor velocidad. Por lo tanto se puede afirmar que el materialismo histórico es el proceso evolutivo del hombre en el sentido económico y social (comunismo primitivo, clasista, burgués, capitalista y socialista). Para que exista un cambio histórico material tienen que darse tres características: a) Medios de producción: objeto de trabajo + medio de trabajo; b) Fuerzas productivas: medios de producción + fuerza activa del hombre, y c) Modos de producción: fuerzas de producción + relación de producción. Ahora también digo que es difícil explicar el materialismo histórico despegado del materialismo dialéctico, doctrina esta última que estudia el proceso evolutivo de la historia en forma dialéctica, es decir que en algún momento un hecho se supeditó al estudio y al pensamiento antes del cambio. Esta doctrina se sustenta en tres leyes: a) Ley de la unidad y lucha de contrarios: los contrarios así como el rico y el pobre, siempre han existido y seguirán existiendo, y sin embargo ninguno tendría su razón de ser sin el otro. b) Ley de transición de la cantidad a la cualidad: es un cambio radical que se hace de manera progresiva, una evolución. c) Ley de la negación de la negación: no es decir solo NO, es declarar que algo ya no existe, se trata de superar lo viejo e imponer lo nuevo, lo nuevo no descansará hasta que lo viejo sea superado y desaparezca. Ya expuesta la visión teórica marxista veamos como comenzamos la relación del marxismo con la Historia Antigua. EL MARXISMO Y LA HISTORIA ANTIGUA El marxismo afirma que la historia no la hacen ni dios, ni determinadas razas privilegiadas u hombres geniales, ni las ideas, la hace la lucha de las clases. Este punto de vista es aceptado hoy por muchos historiadores, sociólogos, investigadores de distintos temas, aún cuando no se digan marxistas Para el marxismo es cambio, es el progreso de la humanidad o su retroceso Se explican la lucha de una clase contra otra, o de varias clases, o entre distintos grupos de una misma clase. En este marco se ubica el papel del individuo: puede ser muy importante, como jefe representante o ideólogo, pero de determinados intereses de clase, y lo decisivo es esto último. Algo parecido ocurre con la ideología religiosa, que puede ser muy importante para una clase o sector de clase. Por ejemplo la concepción mahometana de la vida después de la muerte dice que quien muere peleando por su religión va directo al paraíso, en el cual cada hombre dispone todos los días de una mujer virgen distinta para estar con ella. Todos sabemos que los mahometanos casi dominan al mundo, pues lograron conquistar casi todo el sur de Europa. Si adecuamos el marxismo a esta situación explicaría que sus triunfos se deben no a que peleaban como fieras para ir rápido al paraíso, para gozar de su recompensa, sino a profundas razones sociales y económicas. Los mahometanos tenían una ubicación geográfica (el Medio Oriente y el norte de África) privilegiada, intermedia para el comercio entre Europa y el Asia, lo que formó una burguesía comerciante dinámica, vigorosa, que buscó conquistar todos los puertos que le permitieran dominar el comercio entre Europa y Asia. Entonces, esta fue la razón de su belicismo, de su pelea como fieras por Mahoma, por razones económicas y sociales y, dentro de eso, las ideas religiosas los ayudaban, era una gran herramienta a favor de los intereses de la burguesía comercial árabe. Una clásica explicación marxista. Algunos historiadores de la revolución francesa habían empezado a esbozar una interpretación parecida a la de Marx pero él va a ser primero que afirme categóricamente que “la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases” . Este es un enfoque nuevo y revolucionario, piedra angular del marxismo. Con el desarrollo posterior de la investigación histórica, se imponen algunas aclaraciones. Ya en la época de Marx y Engels se supo que existió un prolongado periodo de la vida humana durante el cual existieron las clases, y hoy día sabemos que ese periodo puede haber durado por lo menos un millón de años. Las clases solo existen desde hace 4.000 años más o menos. Ante esto digamos entonces que la historia de la humanidad según Marx se divide etapas o modos productivos que son los siguientes: 1) EL COMUNISMO PRIMITIVO: que puede identificar dos partes bien diferenciadas que son: a) EL SALVAJISMO: Aquí el desarrollo de las fuerzas productivas era mínimo, incipiente. Los primeros hombres vivían de la recolección de alimentos, de la caza y de a pesca Sus herramientas eran la maza, la lanza, el arco y la flecha, las trampas y las redes. Como los primeros hombres tenían que ir tras el alimento, eran tribus nómades, existía una cierta división natural del trabajo entre hombres y mujeres, Estas cuidaban de los hijos y del rancho, y aquellos salían, a cazar. Respecto de la estructura, era una sociedad igualitaria, sin explotación y sin propietarios, sin clases, que el marxismo denomina comunismo primitivo. Todos trabajaban según sus capacidades y habilidades. La tribu no podía permitir que ninguno de sus miembros dejara de trabajar, porque condenaría al hambre a todo el resto. Aquí aparece una idea muy marxista: Las superestructuras que serían las creencias religiosas y los hechiceros, es decir algún tipo de instituciones. El mejor cazador o guerrero era el jefe o el cacique, pero trabajaba igual que el resto y se lo cambiaba cada vez que la tribu lo consideraba necesario. Surge el lenguaje, pero solo oral. b) EL BARBARISMO: Nació como consecuencia de una revolución en el desarrollo de las fuerzas productivas; se comienza a producir alimento, en lugar de recolectarlo, cazarlo o pescarlo. Se empezó a cultivar granos y a domesticar animales. Esto cambió completamente la vida. Aunque no se superó el hambre, la alimentación se hizo más segura, porque dejó de depender de la suerte. Los pueblos dejaron de ser nómades, porque ya no necesitaban moverse y quedaban atados al cultivo o al ganado: una pequeña huerta al lado de la choza, donde también estaban la vaca o los cerdos domesticados. El cultivo se hacía con métodos muy rudimentarios, raspando apenas el terreno. Aparecieron las aldeas, que eran muy pequeñas. La población se hizo estable. Otros avances en la infraestructura fueron el descubrimiento de la rueda, el fuego, los tejidos y la metalurgia. Al nivel que lo permitían las investigaciones de la época, y basándose fundamentalmente en el libro de Morgan publicado en 1877, Marx y Engels estudiaron los estadios del salvajismo y la barbarie, y, luego de la muerte del primero, Engels volcó sus conclusiones en el libro ya citado anteriormente “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”. 1) EL SURGIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN Y DE LA EXPLOTACIÓN: MODO DE PRODUCCIÓN DE RIEGO O ASIÁTICA Hace aproximadamente ocho mil años se produjo una revolución: el descubrimiento del riego, superior al comunismo primitivo, y que K. Wittfogel lo llamó “determinismo hidráulico” . A raíz de que el hombre empieza a utilizar las aguas de los grandes ríos (el Nilo, en Egipto, por ejemplo) para la agricultura de riego, se comienza a producir aproximadamente entre tres o cuatro veces más de lo que necesitaba cada habitante para sobrevivir, y así aparece por primera vez un excedente en la producción de toda la sociedad, que se puede almacenar para las épocas del año cuando baja la producción o para enfrentar las catástrofes. Por primera vez, surgen pueblos que pueden defenderse del hambre que sistemáticamente ataca a los comunistas primitivos . Con la agricultura de riego surge la civilización, es decir, las ciudades, el comercio, la escritura y todas las instituciones básicas que conocemos hoy día (estado, ejército, iglesia, escuela, etc.). Aunque para nosotros la más familiar es la egipcia, la más grande de las sociedades asiáticas fue la China. También existieron pueblos que desarrollaron el riego y dieron lugar a grandes civilizaciones en la India, en la Mesopotamia (desde lo que hoy es el Líbano hasta Irán), en América del Sur (los incas en laderas fértiles de las montañas y aprovechaban para el riego el agua del deshielo de las altas cumbres). Ya no son todos iguales y aunque no predomina la propiedad privada ni tampoco el derecho a la herencia, surgen sectores privilegiados (que explotan brutalmente a los campesinos y los artesanos, agrupados en las castas inferiores). Los privilegiados no son dueños ni de las aguas, ni de las tierras y canales, ni de las herramientas, pero usufructúan de su ubicación como burócratas, como administradores de esos recursos. Por primera vez se produce la diferenciación social entre los que trabajan y producen y los que administran el trabajo y la producción ajena. Esto se produce por un lado porque hay abundancia de comida, lo que permite que exista gente que no produce y coma. Pero tiene que ver también con la solución de una necesidad. El regadío requiere jueces que administren las aguas. El que cultiva trata de que el agua vaya para su lado. Surge, entonces, por primera vez en la historia de la humanidad, el estado, para administrar las aguas y la construcción de canales y diques. El estado cumplía una función progresiva, positiva, como era lograr la distribución pacifica de las aguas, evitando que los campesinos y las aldeas guerrearan entre sí por el control de las aguas. En la sociedad asiática se desarrolla la superestructura en sus lineamientos actuales. Surge el estado, los que administran, los sacerdotes, los soldados y los policías. No trabajaban ni en la tierra, ni en los talleres artesanales, pero obligaban a trabajar al resto, e impedían que los campesinos y artesanos tuvieran armas o administraran. A medida que aumenta la extensión de tierras regadas, la explotación se agudiza y el estado se hace cada vez más gigantesco un aparato inmenso, con miles y miles de burócratas o funcionarios que controlan a millones de personas administrando los ríos más grandes del mundo y encabezados por unos emperadores omnipotentes. 2) EL SURGIMIENTO DE LA PROPIEDAD PRIVADA Y LAS CLASES: El mundo antiguo o modo de producción esclavista. La nueva sociedad nació como producto de dos grandes saltos en el desarrollo de las fuerzas productivas: la invención del arado de metal que permitió extender la agricultura a las tierras secas (por eso la llamamos agricultura de secano) Y el desarrollo de la navegación por mar, que permitió el intercambio de las diversas producciones que se daban en las orillas del mar, como producto de los distintos climas y distintos suelos. El desarrollo del comercio dio pie para la aparición de una nueva relación: la propiedad privada individual. Empiezan a aparecer el dueño de un negocio, el dueño de unas tierras, o de las mercancías que se intercambiaban. Aparecen también hombres que son dueños de otros hombres, a los cuales los hacen trabajar como bestias, hasta que mueren, los esclavos. Hasta entonces, cuando en las guerras se hacían prisioneros, se los mataba o se los asimilaba como iguales a la sociedad. Al aparecer el esclavismo, por primera vez los pueblos derrotados fueron transformados en esclavos, Con la propiedad privada, el hombre adquirió un nuevo valor: puede trabajar para sus amos, puede ser transformado en esclavo, en una propiedad más del amo, para que le rinda. 3) MODO DE PRODUCCIÓN FEUDAL: El sistema feudal, que corresponde a grosso modo a la que se denomina la Edad Media, se inicia más o menos en los siglos IV a V y comenzó a ser superado por el capitalismo en el siglo XV. En los colegios nos pintan a la Edad Media como un periodo de total oscuridad y retroceso en la historia de la humanidad, pero en realidad fue un periodo complejo, contradictorio, donde innegables retrocesos se combinaron con grandes avances en el desarrollo de las fuerzas productivas. 4) MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA: Este modo fue una revolución determinante en todos los órdenes de la vida social. La manufactura fue la liquidación del trabajo artesanal agrupando a muchos trabajadores en el mismo lugar de trabajo y especializando a cada uno en una parte del proceso productivo, con lo cual se produce muchísimo más rápido y más barato que en el taller artesanal. El colosal desarrollo de las fuerzas productivas y de la riqueza social que provocó el capitalismo llegó a su punto culminante en el siglo XIX, con los monopolios pasa a la etapa imperialista y se cree que en el siglo XX/XXI se halla en una época de de crisis de las fuerzas productivas (guerras, revueltas sociales y revoluciones). ANTE EL PROBLEMA Para poder explicar claramente cuáles son los problemas a los que se enfrenta el historiador al tratar de adaptar una civilización antigua a la visión marxista es bueno comentar un poco cuales eran las relaciones sociales, políticas y económicas entre los hombres que mandaban y los que obedecían, en la antigüedad. Es cierto que no todos los pueblos se manejaron de la misma manera pero tomemos algunos ejemplos para explicar estas cuestiones. En su libro “Las primeras civilizaciones” Pierre Leveque al hablar de los Imperios despóticos del Bronce opina que la principal característica de los grandes imperios de Oriente es la fuerza de su institución monárquica. Y aquí hallamos un primer problema al intentar hacer un modelo del déspota, ya que las condiciones y procesos de aparición de cada monarquía fueron diferentes por los tiempos y por la variabilidad de relaciones entre el poder y el pueblo. Por otro lado el rey ejerce una autoridad absoluta sobre la comunidad, su poder autocrático deriva de las relaciones únicas y privilegiadas que mantiene con los dioses. En Egipto el faraón es el mismo dios; en Mesopotamia es el vicario del dios, el que entiende el mensaje del más allá, el que traduce lo que los dioses dicen y por lo tanto el que puede conseguir que los tiempos sean fecundos o nefastos. Esta relación entre el monarca y el dios es puramente sobrenatural y nada se concibe como natural ante esto; por lo tanto deberíamos considerar que si el marxismo está basado en las relaciones productivas del hombre con la naturaleza aquí lo sobrenatural rompería este esquema y por lo tanto toda explicación puramente histórica. El autor sostiene incluso que hasta la labor de los trabajadores es sobre natural (ejemplo de las tumbas en el valle de los reyes en Egipto). Poniendo el ojo en el aspecto del modo de producción también podemos hablar de los inconvenientes a la hora de manejarnos con el materialismo histórico. En estas comunidades antiguas al hablar del modo de producción asiático existe una combinación de la actividad productora colectiva de las comunidades aldeanas y un poder estatal que las dirige y explota. El rey obliga a realizar un sobretrabajo para las tareas de ingeniería hidráulica que posibilitan una cosecha fructífera y por otro lado se apropia del sobre producto del trabajo campesino, permitiéndoles solo el mínimum minimorum para su reproducción biológica y la de su familia. Aquí vemos un evidente caso de explotación (según nuestra visión marxista actual) pero el caso es que en esa realidad y contexto, esta situación es vivida como un sistema de equilibrio, de intercambio, donde los individuos devuelven al soberano la contrapartida de los dones sobrenaturales de los que suponen que él les colma (corrientemente esos dones se traducen en “Anachoresis” es decir tributos, impuestos). Y aquí se va al diablo nuestra teoría, fenece, ya no hay explotadores ni explotados; para ellos esto es solo un reparto entre socios iguales y solidarios y según los pueblos con un nombre determinado: Dasmos (griego), bazis (persa antiguo), ziti zarri (acadio). Por lo tanto, ante el caso de desobediencia al rey, era como cuestionar al mundo, cometer un delito de Lesa Majestad, un crimen de lesa Divinidad, y que podía ser castigado por la fuerza pública. Estas relaciones comunes y constantes en los pueblos de la antigüedad fundada sobre realidades duras y metódica explotación, permitida por las propias técnicas del poder, son la base que dan fuerza y coherencia al sistema despótico antiguo. Es bueno aclarar también que las estructuras de poder de los gobiernos antiguos era sumamente homogénea, donde lo político, religioso y económico estaban totalmente integrados y, si tenían limites, estos eran muy difusos, lo cual complicaría construir un análisis claro y profundo de estas sociedades desde nuestra perspectiva. También sería interesante proponer algunos pensamientos de Vere Gordon Childe , el famoso historiador y arqueólogo australiano, como todo sabemos de extracción marxista, con respecto a la cuestión analizada. Childe propone que el progreso en las sociedades pre capitalistas era accidental, contingente y dependiente de eventos excepcionales, y resultaba frecuentemente obstaculizado por “contradicciones internas y externas” . Estas contradicciones, que de alguna manera coincidían con la idea de Leveque, eran verdaderos troncos en el camino del historiador a la hora de explicar un hecho histórico. Gordon Childe hace una condena devastadora de las clases dominantes que bloqueaban el progreso mediante el derroche de recursos en la guerra, la religión, los monumentos y el lujo. Las grandes luchas dinásticas hacia el fin de la Edad de Bronce, de las cuales la guerra de Troya que cantó Homero es el ejemplo legendario donde se derrochaban recursos acumulados de la humanidad. Los ziggurat de Mesopotamia, las tumbas (pirámides) de Egipto y los monumentos megalíticos del Neolítico y de la Edad de Bronce en Europa eran ejemplos del prodigioso derroche al servicio de falsas ideologías, sin contribuir en nada a la evolución social. Llenar las tumbas con tesoros espléndidos, como el caso del faraón egipcio Tutankamón , era un despliegue de consumo ostentoso e inútil que privaba de recursos a la actividad productiva. El progreso, por el contrario, estaba supeditado a la “consciencia verdadera” o “conocimiento”, que, en tanto se correspondía con la realidad externa, era una guía eficaz para la acción humana. En cambio, la magia y la religión, como no tenían realidad y no estaban limitadas por las exigencias de la práctica, conformaban mundos de pensamiento demasiado oscuros y variables como para poder ser reconstruidos sólo con restos arqueológicos o explicados por el materialismo histórico. En todo caso, resultaban efímeros, callejones sin salida culturales. “La magia es una manera de hacer que la gente crea que va a conseguir lo que quiere”, decía, “mientras que la religión es un sistema para convencerla de que debe querer lo que tiene”. Más que eso, eran elucubraciones de gobernantes y sacerdotes que estaban separadas de, y despreciaban a, el trabajo práctico: “La relegación de los trabajadores manuales a las clases bajas los excluía de la alfabetización y aislaba las ciencias puras de los escribas egipcios y sumerios de las ciencias aplicadas de mineros, fundidores y alfareros. El saber artesanal no podía registrarse por escrito sino que se transmitía por la enseñanza y el ejemplo. Es por eso que siguió siendo empírico y particular, a la vez que la ciencia erudita no se fecundaba con la experiencia obtenida en la práctica del taller”. Vemos en el pensamiento de Gordon Childe una idea del marxismo que se detiene ante situaciones de contingencia y excepcionales, aunque trata de hallar la explicación en primer término al final se bloquea con la cuestión teológica o teocrática. La magia y la religión son factores determinantes en el hombre antiguo y que funcionaron como callejones oscuros donde se perdía el raciocinio y la explicación. Muy diferente era el lugar del trabajador en el mundo social menos estricto de la Edad de Bronce europea. Aquí los trabajadores metalúrgicos “no estaban atados a un patrón individual, ni siquiera a una sola sociedad tribal. La imagen de Childe de artesanos creadores, relativamente libres del control de reyes, sacerdotes y burócratas y portadores-constructores del depósito de conocimiento acumulado de la humanidad es muy fuerte, y se volvió central en su comprensión del surgimiento de una civilización europea con rasgos propios. Aquí si vemos que se puede esbozar un punto de vista marxista que ubica la inteligencia y las habilidades del trabajador en el centro de la historia humana. Es sabido que Childe, en su insatisfacción con la ortodoxia soviética, estuvo releyendo a Marx en esa época, lo que parece reflejado en el humanismo y la originalidad de sus investigaciones posteriores. A pesar de ello, la comprensión de Childe del marxismo siguió siendo unilateral, y sus interpretaciones de la prehistoria y de la Antigüedad, esencialmente mecánicas. Creo sospechar que no solo estos pueden ser los problemas con los que nos podremos encontrar hoy al intentar un análisis dialectico-histórico de la antigüedad. Es por eso que investigar este sesgo histórico propone desafíos no pocas veces resueltos. Yo he intentado expresar algunos de estos problemas que pudieron haber sido determinantes en la génesis o decadencia de grandes civilizaciones de la antigüedad, ojalá que con buen criterio. Tanto la preponderancia de lo sobrenatural como las relaciones firmes y fieles de monarca e individuo común, solidario que sostenían a la sociedad antigua, son difíciles o casi imposibles de comprender para el marxismo. Pero debemos tener en cuenta que los contextos y los tiempos tan lejanos nos proponen pensamientos que hoy nos parecen anacrónicos e inconcebibles pero que en su momento pudieron haber sido situaciones totalmente normales y hasta placenteras. Sumemos a esto la advertencia que no todas las teorías se amoldan a cualquier contexto y que algunas pueden ser tan practicas en situaciones como inútiles en otras. Lo cierto es que a la hora de indagar en el mundo antiguo es casi seguro que nos toparemos con no pocos problemas y dificultades pero también es cierto que en eso radica el placer de la investigación histórica y la posibilidad de hacer de la historia una ciencia puramente dinámica. FABIÁN ANTONIO MANCILLA